[dropcap type=”4″]A[/dropcap]l estar postrado en el piso de la catedral llena de gente, esperando ser ordenado al sacerdocio, el Padre Fernando Camou bebió la Letanía de los Santos.
Años de estudio, oración y formación habían llegado finalmente a buen puerto. Al estar los fieles, clérigos y religiosos que llenaban la Catedral de Ss. Simón y Judas el 27 de junio invocando la ayuda de los santos, el Padre Camou dijo que oró para que cualquier egoísmo en él muriera. Cuando se levantó de nuevo para que el obispo pusiera sus manos en él y ofreciera una oración de ordenación, el nuevo sacerdote quería subir también con los santos que habían estado intercediendo a su favor.
El recién ordenado Padre Fernando Camou es el primer feligrés de la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Glendale en ser ordenado al sacerdocio.
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P. Fernando Camou
Ordenado: June 27, 2015
Parroquía familiar: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Glendale
Parroquía familiar: vicario parroquial, Santo Tomás de Aquinos en Avondale
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Sus primeras horas del sacerdocio fueron un torbellino de actividad, ofreciendo bendiciones e impartiendo breves palabras para seminaristas y otros jóvenes durante un almuerzo privado. Momentos después de ofrecer su ronda final de las bendiciones, el Padre Camou describió sus primeras dos horas del sacerdocio como palpitantes, y dijo que tenía confianza de que tomaría un tiempo para que la totalidad de la mañana y tarde le parezcan realidad.
“Fue mucho más emocional de lo que pensaba”, admitió el Padre Camou.
Ver tanta gente de quienes había aprendido a través de los años mientras estuvo en varias asignaciones de parroquia, compartiendo la ocasión con sus familiares, y sintiendo muchos momentos claves durante la Misa, lo conmovió. Describió la conclusión de la Letanía de los Santos al estar postrado frente al altar como uno de esos momentos.
“Cerca del final, la culmminación del momento fue darme cuenta de que estoy empezando una nueva vida de amor, pero también una batalla”, dijo el Padre Camou.
El Obispo Thomas J. Olmsted habló un poco de la “gracia y el deber” de paternidad sacerdotal y de las batallas de hoy en día en una homilía ofrecida en español e inglés. La santidad del Padre Camou debe ser una fragancia encantadora para los demás, dijo el obispo.
“Desde este día en adelante, nuestra gente te va a llamar ‘Padre’ y tendrás la gracia y el deber de darles el cuidado de un padre, y hasta de ofrecer tu vida por ellos”, dijo el obispo.
Habló de la necesidad de unirse con los hermanos sacerdotes y diáconos para oponerse a la decisión del 26 de junio por parte de la Corte Suprema que redefinió al matrimonio. Dijo que la paternidad y maternidad importan y que enseñanza clara de tales realidades es tan importante ahora como lo fue en los días de Juan el Bautista, quien fue martirizado por defender el matrimonio.
“Lo que nuestro pueblo necesita más que nunca, son sacerdotes que confían en la misericordia de Dios, sabios maestros de la bondad y la belleza del matrimonio, y felices mensajeros de la buena nueva de Jesús”, dijo el obispo.
Dijo que el testimonio de las parejas casadas, como sus padres — que educaron a sus hijos en casa a través de la escuela secundaria — también llenan un papel insustituible. Todavía necesitan aliento paternal; “y la gracia que les traemos a través de la vida sacramental de la Iglesia”, dijo el obispo
El papá del Padre Camou, Fernando Mayor, está ansioso por embarcar en ese viaje junto a su hijo. Vió a su hijo crecer a pasos agigantados a lo largo de la formación, que afirmó que estaba haciendo la voluntad de Dios, y ahora ve una espiritualidad profunda. Le encantaba cuando los sacerdotes abrazaron a su hijo ante el altar ofreciendo abrazos de felicitación.
“Ahora mi hijo es mi padre. Ahora vamos a estar creciendo y aprendiendo de él”, dijo Fernando Mayor.
El Padre Paul Sullivan, director de la Oficina Diocesana de Vocaciones, ha visto mucho crecimiento espiritual de los seminaristas a través de los años, pero más aún con el Padre Camou. Su solicitud de seminario fue la primera que el Padre Sullivan procesó como director de vocaciones en 2008. Fue poco antes que, durante su primera asignación sacerdotal en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que el joven Fernando Camou se acercó al Padre Sullivan acerca de una posible vocación.
“Él se ha hecho el hombre que Dios creó. Eso es la conversión. Uno se convierte en más de sí mismo”, dijo el Padre Sullivan después de un almuerzo para seminaristas y otros hombres jóvenes.
Él oró que las primeras semanas del sacerdocio de del Padre Camou le trajeran un profundo sentido de Cristo trabajando en él.
“Quisiera que él comience en una unión íntima y permanente con Cristo y que nunca la pierda”, dijo el Padre Sullivan al Catholic Sun.
La madre del Padre Camou, Josefina, ya ve una naturaleza de darse a sí misma en su hijo mayor y la fortaleza en tiempos difíciles y buenos.
“Él está tan entusiasmado de ofrecer su vida para la gente de la Iglesia”, dijo Josefina.