[dropcap]L[/dropcap]as calles del centro de Phoenix se transformaron el 5 de diciembre al 4,000 personas demostrar su amor y devoción a Nuestra Señora de Guadalupe. Vestidos de coloridos trajes y adornados con plumas, joyas y perlas, los participantes desfilaron a lo largo de la Calle Jefferson cerca a la Parroquia de Inmaculado Corazón de María.
El espectáculo de ‘Honra a tu Madre,’ ahora en su décimo año, estaba en marcha. Coloridas carrozas con imágenes de la Virgen de Guadalupe, y matachines tradicionales deleitaron a la multitud que estaba a lo largo de la Calle Monroe, justo en frente de la Basílica de Santa María. Gritos de “¡Viva la Virgen de Guadalupe!” sonaron al mismo tiempo que algunos espectadores alzaban a sus bebés y tomaban fotos y videos con sus teléfonos celulares.
De pie en una plataforma levantada frente a los jardínes diocesano cerca de la basílica, el Obispo Thomas J. Olmsted y el Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares de la Diócesis de Phoenix sonrieron y ofrecieron sus bendiciones a los bailarines que giraban, arremolinaban, golpeaban tambores al pasar ante la tarima. Un grupo incluyó tocadores de trompeta, trombón y tuba. Otros llevaban máscaras multicolores, y bailaban mientras iban por la Calle Monroe, algunos quemando incienso.
Más de 70 parroquias y organizaciones participaron en la celebración alegre. Fue una audaz celebración de la Virgen simple cuyas apariciones a San Juan Diego hace casi 500 años condujeron a las conversiones masivas en una tierra donde el sacrificio humano ritual era la orden del día.
“Ella los convirtió”, dijo Ignacio Rodríguez, director asociado de Ministerios Étnicos para la diócesis. “La necesitamos hoy más que nunca. Es genial ver a ancianos aquí, ver a niños pequeños aquí, a todo el mundo realmente encontrando una manera de decir que sí”.
Rodríguez estuvo de acuerdo de que el evento fue una audaz demostración de cariño por la Virgen María. “Creo que es como ella vino al mundo. Actuó con valentía, aunque ella era muy humilde en su aspecto, pero lo que ella trajo fue un mensaje muy audaz”.
Tomasa Nava, una de los matachines de la Parroquia Reina de la Paz cayó de rodillas sobre el pavimento de la Calle Monroe durante la oración Eucarística de la Misa al aire libre masivas que tomó lugar después de la procesión. Ella asistió al evento el año pasado, pero había estado teniendo problemas de corazón y no podía bailar. Este año, cumplió una promesa a nuestra Señora de Guadalupe.
“Tuve un año muy dificil y le prometí que si yo salía de todo eso iba a venir a danzarle”, dijo Nava. “Es algo muy grande porque es una nueva oportunidad de vida que me está dando Dios, que me ayudó en los momentos más dificiles”.
El P. Andrés Arango, párroco de la Parroquia de San Gregorio, predicó la homilía en la Misa bilingüe.
“Hoy es un día cuando estamos cambiando la historia de este lugar”, dijo el P. Arango. “Hemos hecho a las calles un lugar santo … es un lugar donde toman lugar muchas actividades pero ahora es un lugar de Dios debido a su presencia”.
El P. Arango habló de haberle hecho la segunda a otro sacerdote en una parroquia en Colorado para celebrar una boda. Aunque la novia, invitados, música y comida estaban listos, una poderosa tormenta impidió la llegada del novio. Decidieron seguir adelante con la fiesta de todos modos, y el P. Arangro extrajo de la experiencia una lección para los fieles sobre el Adviento y la Navidad.
“Podemos tener alegría, música, canciones, bailes, celebraciones, pero corremos el riesgo de olvidar la presencia esencial de Dios, de estar enfocados en el Señor”, dijo el P. Arango. “El Espíritu de Dios es central y esencial para nuestras vidas. Todo lo demás pasa. … Esta es una celebración hermosa, pero no te pierdas lo más importante: Dios y tener un corazón puro.
Verónica Pérez, maestra en la escuela de Santa Inés y quien participa activamente en el movimiento pro-vida, dijo que está dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe.
“Apareció en México, el país donde nací. En ningún otro país americano reveló su imagen”, dijo Pérez. “La Virgen da un mensaje de amor a la vida”.
Aunque la mayoría de las personas que asistieron ‘Honra a Tu Madre’ fueron hispanas, provenientes tanto de México, como de América Central y del Sur, habían muchos no hispanos que también participaron. Un grupo de 10 católicos Eritreos ataviados en sus tradicionales vestidos de blanco se sentó cerca de la tarima.
Angelica Lascola, de Indonesia, dijo que era importante para ella estar en la celebración en honor a nuestra Señora de Guadalupe.
“Este momento es realmente un momento de fe para expresar que realmente creemos y confíamos en Nuestra Madre María, que siempre ora y nos protege”, dijo Lascola. “Es una fuerza tener una especial devoción a Nuestra Madre María”.