La importancia de la visita planeada del Papa Francisco a México, del 12 al 17 de febrero, no está desapercibida para los fieles de la Diócesis de Phoenix.
“Aunque México tiene su propio y único patrimonio y cultura, podemos estar seguros de que la mayor parte de lo que el Papa Francisco diga y haga allá tendrá gran relevancia para nosotros en Arizona”, dijo el Obispo Thomas J. Olmsted. “Espero su visita pastoral a nuestros vecinos del sur y rezo por un viaje seguro y fructífero para el Papa Francisco”.
Muchos católicos todavía tienen fuertes lazos con México, y varias de las paradas programadas en el itinerario del Santo Padre están físicamente más cerca a Arizona que las ciudades mayores en la costa del Este que donde estuvo durante su visita apostólica a los Estados Unidos en septiembre del año pasado. Varios grupos de peregrinación de la diócesis están aprovechándose de esta proximidad geográfica, incluyendo un grupo de las parroquias Imaculado Corazón de María y San Antonio.
“Es una bendición muy especial para nosotros”, dijo Paula Zazueta, quien está coordinando un autobús lleno de peregrinos de las dos parroquias.
Zazueta, una feligrés de la parroquia de San Antonio, viajó con un grupo de peregrinos en 2012 cuando el Papa Benedicto XVI visitó el país vecino. Cuando se enteró de la visita del Papa Francisco, le dijo a su párroco que la parroquia debería organizar a un grupo para ir a verlo, y como resultado, él le encargó la tarea.
El Padre Alexis Moronta, IVE (Instituto del Verbo Encarnado), vicario de las dos parroquias, servirá como capellán del grupo que estará viajando por autobús a la Ciudad de México y Puebla del 10 al 18 de febrero. El grupo espera obtener entradas para asistir a las Misas papales en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y el estadio en Ecatepec, Estado de México.
“Dondequiera que va [el Papa Francisco] es para fortalecer y consolidar nuestra fe”, dijo el P. Moronta. “Tener esas dos imágenes, la Virgen de Guadalupe y el Papa unificándonos para profesar nuestra fe … es muy gratificante espirtualmente poder ir con un grupo de personas que saben lo que es la peregrinación. Una peregrinación es un tiempo de oración, un tiempo de sacrificio, pero es también un tiempo de alegría”.
Carmen Portela, directora de la Oficina de Apoyo al Liderazgo Hispano para la diócesis, dijo que la visita del Papa a México también tiene importancia para los católicos que no son de ascendencia mexicana.
“Para los católicos que vivimos aquí en el Suroeste, seamos mexicanos o no seamos mexicanos, va a ser un gran regalo que el Papa venga y visite tierra mexicana,” dijo Portela.
“No tienes que ser mexicano para ser guadalupano … Sabemos que el Papa va a pisar la tierra donde la Santísima Virgen manifestó su milagro guadalupano. Va a inflamar la fe de muchos, incluyendo la de quienes vivimos aquí y tendremos la oportunidad para participar directa o indirectamente”.
Otras paradas en el itinerario del Papa Francisco incluyen Morelia, en México Central; Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, el hogar de muchos indígenas pobres de México; y Ciudad Juárez, Chihuahua, que ha sido azotada por la violencia relacionada con drogas y una tasa alta de homicidios, y que está localizada en la frontera entre los Estados Unidos y México, frente a El Paso.
“Cada ciudad escogida para su visita tiene un significado”, dijo Cristofer Pereyra, director de la Oficina de Misiones Hispanas para la diócesis. “Él siempre empieza con los pobres y los más necesitados; aquellos que necesitan una palabra de esperanza. Yo creo que por eso ha escogido esas ciudades”.
El P. Moronta destacó que la visita del Papa a México toma lugar durante el Año de la Misericordia y que el sitio web oficial para la visita da la bienvenida al Papa Francisco como un “misionero de la misericordia y paz”.
“Quiero decir que la misericordia se aplica a las personas que son parias, los humildes, los olvidados”, dijo. “México por lo general ha estado pasando por un montón de confusión … Él sabe representar a Cristo en los lugares que visita, yendo a las personas que son los pobres a quienes Jesús predicó la Buena Nueva [y] no es tan sólo la pobreza material, es una pobreza espiritual que está en nuestra sociedad”.
Cuando el Santo Padre esté en Juárez, celebrará la Misa en la frontera. Había planificado originalmente ir a México antes de su visita a los Estados Unidos y cruzar la frontera, para mostrar su solidaridad con los migrantes, pero cambió sus planes para poder tener más tiempo en México.
“El Santo Padre viene a México para expresar su solidaridad con cada sector de la gente amada de ese país con todas sus alegrías y esperanzas, tanto como sus dificultades y dolores”, dijo el Obispo Olmsted. “Su visita a Juárez, en la frontera con los Estados Unidos, manifestará de una manera fuerte su preocupación profunda por el bienestar de los refugiados e inmigrantes de todas partes. Sin duda, él levantará su dignidad y les asegurará del amor de Dios”.