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Columna en inglés * Column in English
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Qué preparó a Pedro para ser el primer Papa
[dropcap type=”3″]J[/dropcap]esús estaba preparando a Pedro para ser el primer Papa desde el primer día en que comenzó a llamar a los discípulos. Acciones pequeñas pero importantes nos muestran esto. Por ejemplo, en el primer día cuando Jesús llamó a cuatro pescadores — Pedro, Andrés, Santiago y Juan — cuando estaban limpiando sus redes a la orilla del mar, fue a Pedro a quien pidió salir un poco de la orilla para que Él pudiera enseñar a una gran multitud desde su barca.
De todos Sus discípulos, el único a quien Jesús dio un nuevo nombre fue Simón, a quien llamó Pedro, diciéndole: (Mt 16:18) “… sobre esta piedra, edificaré mi Iglesia”. Luego, en la Última Cena, fueron los pies de Pedro que Jesús lavó primero antes que el resto de los Doce; y fue solamente a Pedro a quien Jesús dijo :(Lc 22:31) “Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por tí, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos”.
De estas experiencias, se hizo evidente a los Doce que Pedro fue elegido para ser su líder. Así que, fue Él entre los Doce que le preguntó a Jesús explicar el significado de Sus parábolas y Sus preceptos. Después del discurso del Pan de Vida cuando la mayoría de Sus discípulos se alejaron en incredulidad (cf. Juan 6) y Jesús preguntó a los Doce: “Y ustedes también se marcharán?” fue Pedro quien habló en nombre de los otros, diciendo, “¿Señor, a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”.
Lo que más preparó a Pedro a ser el primer Papa fue la manera en que Jesús trató con el sentido de culpa que él cargaba después de haber traicionado tres veces al Maestro. Recuerden cómo, después de Su Resurrección, Cristo le preguntó a Pedro tres veces si le amaba. Esto no fue hecho para humillar aún más a Pedro sino para sanar las heridas de la vergüenza, dándole la oportunidad de responder tres veces, “Sí, Señor, te amo”.
El Sucesor de Pedro hoy, el Papa Francisco, dice que la misericordia “expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer”. (Misericordiae Vultus, 21). Eso es lo que el Cristo resucitado hizo por Pedro. Por la misericordia de Cristo, Pedro fue liberado de su culpa y vergüenza y liberado para su misión de Cristo. Ahora, Pedro podría ser, por la misericordia de Dios y su propia cooperación humilde, lo que no nunca podía haber sido antes, la roca sobre la que Cristo edifica Su Iglesia.
Años después de este intercambio entre el Señor resucitado y el primer Papa, Pedro escribió la primera de sus dos Cartas del Nuevo Testamento. Al empezar, desborda de gratitud y de alegría (1 Pe 1:3): “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por Su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva”.