Celebración refleja fe, cultura, amor
Por Margaret Naczek
The Catholic Sun
Miles de Católicos se reunieron en el Centro de Convenciones de Phoenix el 23 de octubre para la cuadragésima Celebración del Rosario de Arizona en un espectáculo de color, música y oración en honor a Nuestra Señora de Fátima durante el centenario de su aparición a tres niños pequeños.
“¡Viva María!” exclamó el Obispo Ricardo Ramírez, CSB, a las casi 5.500 personas en asistencia. El Obispo Ramírez, obispo emérito de Las Cruces, Nuevo México, pronunció el discurso. La Estatua Peregrina de las Naciones Unidas, junto con las reliquias de primera clase de los Santos Francisco y Jacinta Marta, dos de los tres niños de Fátima, fueron exhibidas en el evento.
“Solamente los católicos podrían hacer algo como esto”, dijo el Obispo Ramírez, al saludar a la multitud. “¡Mira todos esos colores”!
Bailarines Matachines con tambores bailaron por los pasillos. Las familias vestidas con trajes étnicos llevaron a rosas a la estatua de la Virgen. Representantes de múltiples parroquias llevaron banderas adornados con perlas, brillo y flores en honor a la Virgen María en sus muchos aspectos diferentes.
“Para ver las diferentes culturas y las diferentes razas y ver la alegría, no hay ninguna división y todos están contentos”, dijo la voluntaria Peggy LaCamera. “Es como un anticipo del cielo”.
John García, un representante del Consejo Estatal de Arizona de los Caballeros de Colón, que copatrocina la celebración, ha estado trabajando en el evento por más de 11 años y sigue creciendo en el amor de María a través de la comunidad que se reúne para rezar el Rosario. Mirando la escena en el centro de convenciones, dijo que vio caras de cada tono de piel, edad y etnia “llenas de vida y llenas de amor”.
Haciendo referencia a los recientes eventos en el mundo de hoy, desastres naturales, la guerra, la división y la injusticia, las personas que asistieron dijeron que recurrir a Nuestra Señora de Fátima es más crucial que nunca. Nuestra Señora de Fátima vino al mundo en 1917 en medio de la guerra más grande que el mundo había visto — la Primera Guerra Mundial, en lo que el Obispo Ramírez llamó el siglo más sangriento y más violento. Y ella trajo un manto de luz en medio de la oscuridad.
“Creo que muchas cosas han pasado en este mundo, especialmente durante este año, que nos podemos siempre aferrar a la oración como un rayo de esperanza en esta oscuridad de la vida”, dijo Claudia Abougawde, una feligrés de la Iglesia Católica Maronita San José.
El Coro Nacional de Eventos Especiales de Santa María, que consiste en estudiantes de tercero a octavo grado, cantó durante todo el evento y los estudiantes de las secundarias Católicas de la diócesis leyeron las peticiones durante el Rosario.
Nuestra Señora de Fátima entendió la fe de los niños cuando apareció a los tres niños jóvenes. Esa llamada a los niños atrae a muchos Católicos a ella.
“Creo que la inocencia de los niños nos reúne porque ven cosas diferentemente”, dijo Paige Mead, una de las personas que asistió al evento. “Ellos no tienen los mismos prejuicios que tenemos como adultos. Se ven a través de los ojos de la inocencia”.
El Obispo Ramirez instó a los niños presentes a rezar el Rosario, comprender el Rosario y, lo más importante, compartir el Rosario con sus amigos. Con la temporada de Navidad a la vuelta de la esquina, sugirió un Rosario como regalo para sus amigos.
“Hay una devoción a María, y es fuerte”, proclamó el Obispo Ramírez ante una ronda de aplausos.
Anna Stary, una feligrés de Nuestra Señora de Czestochowa, reflexionó sobre la importancia de María en la vida de su familia.
“Esto es todo para nosotros”, dijo. “María nos da paz, nos da felicidad, nos da la fuerza para vivir nuestra vida”.