Por Margaret Naczek
The Catholic Sun
TEMPE — Vestido como un sacerdote, específicamente un sacerdote italiano del siglo 16, San Felipe Neri, Elías, del cuarto grado, dijo que ha deseado ser sacerdote desde muy joven.
“Lo elegí porque él echa un montón de chistes, y a mí me gustan los chistes”, dijo Elías de su elección.
Elías no era el único vestido como santo. Una chica joven, Cassandra, cargaba un conejo de peluche, su animal favorito, como parte de su traje, Santa Melangell, la santa patrona de conejos y liebres. Un muchacho joven, Alijah Ortega, estaba vestido con un traje de ángel, con alas hechas de bandejas desechables de un restaurant.
Elías dijo que su deseo por el sacerdocio creció cuando empezó a servir en el altar.
“Porque estás en el altar, se siente como lo más cercano se puede llegar a Dios que no sea recibirlo”, dijo Elías.
La llamada temprana de Elías es lo que impulsó a su madre a llevarle a él y sus hermanos a la tercera feria anual de las vocaciones en la parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo el 29 de octubre.
“Mi hijo ha estado diciéndome que quiere ser sacerdote desde que era muy pequeño”, dijo la madre de Elías, Naddy Luna. “Quería ayudar a fomentar y ayudarle a discernir y esta feria vocacional ayuda con eso”.
La Hna. Anthony Mary Diago, RSM, directora de la oficina de vida consagrada para la Diócesis de Phoenix, dijo que la feria de vocaciones trata de crear conciencia de la vida consagrada y enseñar a los niños acerca de la llamada a una vocación.
“[Los niños] deben saber que el Señor tiene un plan especial para su vida, por lo que se comprometen en su vida a amar al Señor, servir al Señor, servir a la Iglesia y la comunidad de manera que se manifiesta el amor de Cristo”, dijo la Hna. Anthony Mary.
La feria, celebrada normalmente cerca de Halloween, corresponde a las raíces católicas del día, invitando a los niños a vestirse como sus santos favoritos en previsión de la fiesta de Todos los Santos el 1 de noviembre. Este es el primer año que la feria fue bilingüe — en los años anteriores, ferias separadas, una en inglés y otra en español, se llevaron a cabo.
El Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares celebró la Misa de 9 a.m. antes del empiezo de la feria. Sentado en la banca delantera estuvo un niño vestido como obispo. El Obispo Nevares saludó al niño, “Bienvenido, Monseñor”.
“Vemos a la Iglesia”, dijo el Obispo Nevares de los niños vestidos en trajes, sentados al pie del altar durante la homilía. “Todos nosotros somos unidos en el bautismo”.
Después de la Misa, los niños fueron invitados a visitar las casetas establecidas fuera de la iglesia. Cuatro comunidades masculinas y siete comunidades femeninas fueron representadas. Los niños paseaban, haciendo preguntas, recibiendo tarjetas de oración, collares religiosos y, como un regalo de Halloween, dulces.
El evento continuó con un panel de hombres y mujeres religiosos y un programa de talentos. Una hermana mostró su acto de malabarismo mientras un sacerdote hizo un show de magia para los niños.
El director de vocaciones para la diócesis, el P. Paul Sullivan, representó a los sacerdotes diocesanos en un panel que invitó a los niños a preguntarle a él y cuatro hermanas religiosas acerca de sus vocaciones. Habló de su llamado al sacerdocio y su vida cotidiana.
“Este evento es importante debido a la conciencia y a apreciar la vida de los religiosos, la vida de sus sacerdotes que los niños no se verían normalmente”, dijo el P. Sullivan.
La Hna. María Cristina Linares, de las Siervas del Plan de Dios, compartió su historia de la vocación de cómo Dios transformó a una joven que nunca imaginó convertirse en una hermana.
“Él tocó a la puerta de mi corazón y dijo, ‘Quiero que seas mía para siempre’”, dijo la Hna. Cristina, quien también es directora de los niños y adolescentes de educación religiosa en Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Los niños podían preguntar al panel varias cosas tales como de su trabajo y cúal era su comida, color o película favorita. Para los padres como Maribel Castillo, cuyo hijo Frank, de 7 años de edad y vestido como San Patricio, el evento fue importante para enseñar a sus hijos a crecer en la fe.
“Es para llevarlo más cerca a Dios y para tener el sentido de ser Católico”, dijo. “Todos estamos aquí como familia en este evento espiritual”.