Por Maureen Smith
Catholic News Service
JACKSON, Mississippi (CNS) — Una buena conversación con nuestra madre todos los días podría mejorar nuestra salud. Por lo menos eso le sucede a una comunidad de inmigrantes en Mississipi.
Un estudio de la universidad de Alabama explorando el vínculo entre la fe y la salud demostró que los que tienen una devoción por Nuestra Señora de Guadalupe tienen menos problemas de salud relacionados con el estrés.
“Esto hace claro cuán importante es la fe. En los resultados del estudio encontré que en las personas expuestas al estrés, su bienestar decae a través del tiempo” pero los que son devotos guadalupanos tuvieron una experiencia diferente, explicó Rebecca Read-Wahidi, autora del estudio.
Ella se crió en Forest, donde la mayor concentración de latinos en el estado trabajan en plantas procesadoras de pollo. Los latinos de esa zona son feligreses en St. Michael o en su misión, San Martín.
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Una comunidad de monjas, las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, son ministras para una mezcla de mexicanos, guatemaltecos y otros latinoamericanos. Las hermanas enseñan inglés, ofrecen servicio de consulados y hasta ofrecen talleres sobre qué hacer si son detenidos por la policía o agentes de inmigración.
Las constantes preocupaciones sobre las redadas de inmigración pueden preocupar a una población que también es pobre. Read-Wahidi ha contado historias sobre un retén en 2012 que resultó en la deportación de 40 personas, provocando una ola de miedo en el resto de la comunidad. Durante esos momentos, tener una patrona, protectora y madre sustituta ayuda a aliviar ese estrés mental y físico.
Devotos creen que María se le apareció a san Juan Diego al amanecer del 9 de diciembre de 1531 en la colina Tepeyac, en lo que hoy día es Ciudad de México. Ella se le apareció a Juan Diego otras dos veces y la última vez, el 12 de diciembre, y llenó su tilma con rosas. Cuando él vació las flores de su tilma encontró que esta llevaba la imagen de la virgen. La tilma todavía está en exhibición en la basílica Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe que fue construida en el lugar donde se dice que María apareció.
En la imagen ella es morena y está embarazada y rodeada de estrellas. Ella está parada frente a los rayos del sol, símbolo comúnmente conocido de un dios azteca, simbólicamente eclipsando su poder mientras ella mira amorosamente hacia abajo a su pueblo. Millones de peregrinos todavía acuden a ver la tilma.
Read-Wahidi estudió en la universidad estatal de Mississippi. Sus estudios de español la llevaron a México, donde fue expuesta a la devoción a Nuestra Señora de Guadalupe, cuya fiesta es el 12 de diciembre.
“Mientras estaba allá me interesó el catolicismo mexicano porque era distinto al cual yo estaba acostumbrada”, ella dijo durante una entrevista con el Mississippi Catholic, periódico de la Diócesis de Jackson. Cuando ella regresó a casa comenzó a ver la Virgen de Guadalupe en su pueblo.
“Es realmente fascinante para mí porque realmente es un contraste en Mississippi, donde hay más protestantes. He aquí esta fiesta mexicana llevada a cabo por las calles de un pueblo en Mississippi”, ella dijo.
Read-Wahidi escribió su tesis de maestría sobre Nuestra Señora de Guadalupe y las comunidades de migrantes en Mississipi. Extendió su tesis anterior mientras estudiaba para un doctorado en Antropología Médica Biocultural en la universidad de Alabama.
“Me gustó ir allá porque pude continuar trabajando con la misma comunidad”, dijo Read-Wahidi. “Pasé de (observar) la propia celebración a cómo la usan para manejar el estrés, específicamente el estrés de la inmigración”.
Las hermanas en Morton la acogieron, presentándola a la comunidad y facilitando reuniones. Read-Wahidi hizo una encuesta para medir el impacto que tiene la fe en la salud de los inmigrantes.
Nuestra Señora de Guadalupe es más que simplemente una figura maternal para su pueblo, ella es su madre. Read-Wahidi dijo que la mayoría de los devotos que entrevistó tienen conversaciones con ella durante todo el día.
María “escucha sus preocupaciones”, dijo la hermana Lourdes González, miembro de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, quienes ayudaron en el estudio. “Es una manera de orar. La gente habla con ella como estando viva y presente en el salón. Ella tiene un lugar especial en la familia”.
Padre Tim Murphy, pastor de la parroquia St. James en Tupelo, llama la relación profunda e inspiradora. “Ella es la madre en la fe, en el cielo y para ellos está presente”, él dijo.
Esta conexión con los pobres podría ser la razón por la cual la gente ve a María como la intercesora perfecta. Ellos podrían no sentirse cómodos hablando con Dios, pero pueden hablar con la Virgen. Ella es la figura maternal. Cuando están tan lejos de casa necesitan una figura maternal”, dijo Read-Wahidi.
El padre redentorista Michael McAndrew ha estado trabajando en la pastoral hispana durante muchos años y ofrece presentaciones sobre la experiencia de san Juan Diego. “Cuando Juan Diego no quiere ir ante el obispo, María le dice: ‘¿No estoy aquí? ¿No soy tu madre? ¿No te protegería tu madre en tu camino? Estoy contigo'”.
Read-Wahidi escribió un artículo en una revista especializada que los inmigrantes colocan su estrés en las manos de María: “Cuando pregunté a las personas qué tipo de ayuda le piden a la Virgen, ellos mencionaron:
- encontrar trabajo y mantener sus empleos
- no ser deportados o arrestados
- salud para su familia en México y aquí en Estados Unidos
- seguridad para sus parientes que están en camino cruzando la frontera
- su propio regreso seguro a casa”
Estas oraciones ofrecen alivio al estrés de sus vidas diarias. “Ellos son vistos como extranjeros. No tienen igualdad (aquí). Han experimentado el racismo. Es una manera de recordarse a sí mismos que ante los ojos de la Virgen todas las personas son iguales”, dijo Read-Wahidi. Esta idea se ha propagado a otros inmigrantes durante celebraciones públicas en torno a la fiesta.
Todos los años, en o cerca de la fiesta del 12 de diciembre, inmigrantes de todo Mississippi dejan la seguridad de sus casas e iglesias para llevar a su madre por las calles y celebrar su amor y protección.
Las celebraciones incluyen procesiones, danzas tradicionales aztecas que duran horas, comidas y liturgia. Todos, especialmente otros inmigrantes, son bienvenidos. De esta manera la celebración en Estados Unidos es única. En vez de ser una fiesta solamente mexicana, es una fiesta para todos.
“Ellos hacen pública la celebración, que se lleva a las calles. Le da a la comunidad mexicana una oportunidad de compartirla (la Virgen). Disfrutan ver otras personas aceptándola”, explicó Read-Wahidi.
“Hacemos procesiones porque sabemos que como pueblo estamos caminando en la vida, que estamos en un viaje, que estamos caminando hacia el cielo, hacia Dios”, dijo González.
“Para los inmigrantes las celebraciones son un gran contraste con la vida diaria. Ellos pasan la mayor parte de sus vidas intentando evitar la atención. Pero para la fiesta salen en multitudes. Padre Murphy dijo que 300 personas asistieron a una procesión en el noreste de Mississippi.
“Vendrán directamente de los campos. Esto será el final de la cosecha del camote, así que vendrán con el polvo todavía encima, pero vendrán a celebrar”, dijo padre Murphy.
“La mejor liturgia no representa, re-presenta la verdad”, dijo padre Murphy. “Esta celebración es una buena liturgia. ¿A quién se le aparece (Nuestra Señora de) Guadalupe? A los más bajos de los bajos”, él dijo. Pedirle a María que interceda ofrece un potente conducto para Jesús, ya que como Nuestra Señora de Guadalupe, “la madre de nuestro salvador es la madre de los pobres”.