CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Al acercarse el final del 2017, los horrores de la guerra y los anhelos de paz del pueblo estaban en la mente del Papa Francisco y en sus oraciones.
El 30 de diciembre, el Papa pidió que la oficina de prensa y otros medios del Vaticano distribuyeran una copia de una famosa fotografía que fue tomada después del bombardeo atómico de Nagasaki.
La foto muestra a un niño, de unos 10 años, cargando a su hermanito muerto sobre su espalda. El niño lleva a su hermano para ser cremado.
La parte de atrás lleva su firma con las palabras, “el fruto de la guerra”.
Debajo de su firma, el Papa explica que la foto fue tomada por el fotógrafo estadounidense de los marines Joseph Roger O’Donnell después de que bombas atómicas estallaron sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. O’Donnell documentó lo que sucedió.
“La tristeza del niño sólo se expresa en sus labios mordidos y rezumados de sangre”, escribió el Papa.
El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, imprimió una copia de la fotografía con la explicación del Papa en la contraportada de su edición para el 1 de enero para la Jornada Mundial de la Paz de la Iglesia Católica.