ARRIBA: El P. Clement Attah, vicario parroquial de la Parroquia Nuestra Señora de Alegría en Carefree, patea el balón de fútbol durante el Copa Padre Kino el 30 de mayo en la Escuela Preparatoria Católica Bourgade. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)
Sacerdotes y seminaristas del Este del Valle se abren camino a la victoria en el torneo inaugural de fútbol
Por Margaret Naczek
El Sol Católico
Fue una batalla entre el Este y el Oeste en la Escuela Preparatoria Católica Bourgade el 30 de mayo. Los competidores se enfundaron en uniformes blancos y negros, y se amarraron los cordones en un enfrentamiento que llevaría al Este del Valle a ganar en un tiroteo 7-0. Los fanáticos elaboraron carteles, y orgullosamente hicieron sonar sus bocinas y matracas, alentando a sus jugadores favoritos.
Pero al final, fue un juego ganador para la Diócesis de Phoenix en la inauguración de la Copa Padre Kino entre los sacerdotes y los seminaristas del Este y Oeste del Valle del Sol.
El Hno. Elías Delello, FHS, de la Parroquia San Juan Bautista en Laveen, que jugó para el equipo del Oeste, dijo que había jugado fútbol sólo cuando era joven, pero que todavía estaba emocionado de participar, aunque pudiera ser un “desastre”.
El Hno. Elías comentó que disfrutó de “la fraternidad, … jugando fútbol y divirtiéndose con algunos de los muchachos que están discerniendo el sacerdocio o que ya son sacerdotes”.
Aproximadamente 25 sacerdotes y seminaristas jugaron para cada equipo, con algunos que poseen más habilidades atléticas que otros.
El Hno. Juan de la Cruz Costantino, FHS, también de San Juan Bautista, jugó como medio central en la universidad y también durante su tiempo en el seminario. Él cree que el torneo de fútbol mostraba al público la autenticidad de los sacerdotes y seminaristas.
“Jugar deportes y hacer cosas varoniles es algo que es importante para el sacerdocio, simplemente abrazar esa identidad masculina que el Señor nos ha dado”, expresó.
El P. Paul Sullivan, director de vocaciones y pastor de la Parroquia Sagrado Corazón en Phoenix, ayudó a organizar el evento. El año pasado, los seminaristas de la Diócesis de Phoenix jugaron contra los seminaristas de la Diócesis de Tucson. Bromeó en el evento diciendo que Phoenix venció a Tucson tan mal que tuvieron que hacer su propio evento.
Pero el verdadero propósito del evento fue crear conciencia sobre las vocaciones.
“Cada quien está llamado a algo”, recalcó. “A lo que están llamados los va a hacer más felices”. Ver las opciones de una manera llena de fe y alegría es la mejor manera de discernir”.
Rosa Fowler de la Parroquia San Timoteo en Mesa, se enteró del evento del P. Sullivan y llevó a su familia.
“Mencionó que los sacerdotes del Este iban a enfrentarse a los sacerdotes de Oeste en el fútbol, y amamos este deporte, así que dijimos que veníamos a ver el juego”, dijo Fowler.
Ella espera que los jóvenes presentes puedan ver a los sacerdotes y seminaristas jugando fútbol, y darse cuenta de que el sacerdocio y la vida religiosa son una opción para el discernimiento.
“Creo que nuestros muchachos solo quieren poder relacionarse con los sacerdotes”, indicó.
Kate Howell, feligrés de Catedral SS. Simón y Judas, tomó fotos a lo largo de la línea lateral de los sacerdotes y seminaristas que se calentaban antes del juego. Dijo que vino a apoyar a la Iglesia Católica, a los sacerdotes, a los seminaristas y a la buena forma física.
“Es un momento muy emocionante para ser católico porque tenemos una gran fe, y esto es solo una parte de ello cuando vemos que estos hombres se unen y todos lo apoyamos”, enfatizó Howell.
Howell describió a los sacerdotes como leones de montaña con su poderosa presencia.
“Muestra un lado diferente de los hombres que nos cuidan espiritualmente”, dijo. “Estoy mirando a un montón de leones de montaña por aquí, protegiéndonos, vigilándonos”.
A pesar de una explosión en el Este del Valle, los sacerdotes y seminaristas estaban bromeando y riendo durante todo el torneo. Los seminaristas arrojaron camisetas a la multitud y se detuvieron para tomarse fotos con algunos de sus feligreses.
Incluso los árbitros se metieron en el espíritu del día. Kevin Boudreau cambió su nombre de manera honorable a Mark (Marcos) para coincidir con sus colegas árbitros: John (Juan), Luke (Lucas) y Matt (Mateo).
“Nos han bautizado como ‘Equipo Árbitros del Evangelio’, dijo entre risas.
Ver a los sacerdotes y seminaristas como personas reales, es lo que muchos dijeron que los llevó al evento.
“Es bueno para la hermandad, el compañerismo”, comentó el seminarista Gabriel Sabado, quien jugó para el equipo del Oeste — su parroquia es Santa Clara de Asís en Surprise. “Creo que es bueno venir a ver que somos hombres. Somos humanos”, dijo.
“Somos simples personas”, añadió el P. Sullivan. “Venimos de entornos regulares. Muchos de nosotros crecimos practicando deportes y aún disfrutamos. Creo que es bueno que la gente lo vea”.