El Diácono Antonio Álvarez escuchó el llamado de Dios
“Dios nos llama todo el tiempo, pero pocas veces escuchamos su voz; yo finalmente escuché ese llamado y ahora soy diácono”.
En estos términos se expresa el Diácono Antonio Álvarez, uno de los seis varones que acaban de ser ordenados diáconos para la Diócesis de Phoenix por parte del Obispo Thomas J. Olmsted.
La ordenación tuvo lugar durante una solemne celebración Eucarística el 3 de noviembre en la Catedral SS. Simón y Judas; junto con él fueron ordenados Martín Gallo, Catarino Portillo, Jim Myers, Steve Schmidt y Jeff Strom.
En la Misa de su ordenación, el Diácono Álvarez, quien es originario del Distrito Federal en México y reside en Chandler, estuvo acompañado de su esposa Guadalupe, así como de sus hijos.
Agradecido por tan gran bendición, el Diácono Álvarez dice en declaraciones a El Sol Católico: “Debemos poner más atención a la voz de Dios; después de eso viene el proceso de discernimiento y en esa etapa es importante contar con la guía de un sacerdote o un director espiritual”.
Al respecto, contó que personalmente sintió el llamado al Diaconado mientras participaba en algunas actividades en la Parroquia Santa María en Chandler, a la que pertenece, pero sobre todo con el apoyo espiritual de su párroco.
El ahora diácono señaló: “La oración siempre será lo más importante para escuchar el llamado de Dios, durante el proceso de discernimiento, luego durante el proceso de la formación y sobre todo durante el ministerio”.
El Diácono Antonio Álvarez, quien ejerce su ministerio en dicha parroquia, donde es común verle sirviendo durante las celebraciones Eucarísticas, Bautizos y enlaces matrimoniales, así como en otros servicios propios de los diáconos.
El Diácono Álvarez enfatizó que en el ejercicio del diaconado espera servir a su parroquia y a su Iglesia de manera fiel y con obediencia total a su obispo, como le fue pedido durante el rito de Ordenación.
“Quiero servir con humildad, con absoluta fidelidad y obediencia a mi obispo y a mi Iglesia, y también con mucha humidad”, expresó en entrevista telefónica para El Sol Católico.
Por su parte Guadalupe Álvarez, quien lleva 31 años casada con este nuevo diácono, manifestó: “Yo siempre apoyo a mi esposo en este caminar del Señor, sobre todo siempre estoy orando por él para que le vaya bien y sea un fiel servidor de Dios y de sus fieles”.