El recién ordenado Diácono Jeffrey Strom no pensó en convertirse en diácono hasta que en los últimos años, cuando en el transcurso de un mes, tres personas diferentes se lo sugirieron. Esto llamó su atención y comenzó a dar pasos hacia este ministerio y el Señor siguió abriendo puertas.
“Todas estas cosas me llevaron al viaje de discernimiento diaconal y formación acompañado por el aumento de la paz y la alegría”, escribió el Diácono Strom sobre su proceso, que incluyó el apoyo y el discernimiento de su esposa, en su breve autobiografía que proporcionó a El Sol Católico.
El Diácono Strom fue ordenado al diaconado permanente para la Diócesis de Phoenix el 3 de noviembre, junto con otros cinco hombres. Casado con su esposa Laurie durante casi 32 años, el nuevo diácono se une al grupo exclusivo de hombres que están en camino de recibir los siete sacramentos del Señor. Es también padre de un hijo y una hija, y sirve en su parroquia Santo Sacramento en Scottsdale.
El Diácono Strom creció en Ohio en una familia donde sus padres, Tom y Aileen, se sacrificaron para asegurar que sus cuatro hijos pudieran asistir a escuelas Católicas. “Mi servicio a la Iglesia comenzó en el segundo grado tocando la guitarra en la Misa cuando la guitarra era igual de grande que yo”, escribió.
Años más tarde, conocería a Laurie en un programa de estudios de trabajo en la NASA. Para que un hombre casado se convierta en diácono permanente, su esposa debe acompañarlo a través de su formación con su bendición. El Diácono Strom dijo que necesitaba el 200 por ciento de apoyo de su esposa o de lo contrario su esfuerzo no funcionaría.
Un tiempo clave para el Diácono Strom fue cuando él y Laurie se inscribieron en el Instituto Catequético Kino de la diócesis para profundizar su fe. En el lapso de un mes, escuchó a tres personas sugerile o referirse a que se convirtiera en diácono: un compañero estudiante de Kino, alguien del estudio bíblico de su parroquia y su propia madrina. Después de dos años con Kino, continuó con otros cinco años de formación con miras a ser un diácono permanente.
Parte del proceso de profundizar su fe incluyó el desarrollo adicional de su vida de oración, incluida la oración en silencio.
“He llegado a aprender y apreciar el poder del silencio”, enfatizó el Diácono Strom.
En la semana previa a su ordenación, dijo que se sentía humillado, honrado, emocionado y “completamente bendecido”.
En referencia a qué le entusiasma de ser diácono estableció: “Que podemos tocar muchas vidas de diferentes maneras: Bautismos, funerales, vigilias, sirviendo en la Misa, sin duda, los diversos ministerios dentro de la parroquia”.
El Diácono Strom también está trabajando para ser un capellán de hospital certificado por la junta directiva, que se basa en su experiencia previa en capellanía. También será mentor de capellán de nuevos candidatos y coordinará los diferentes retiros de diáconos para la diócesis, aprovechando su experiencia.