Por Ambria Hammel
El Sol Católico
Si las palabras de San Agustín, “el que canta ora dos veces”, son ciertas, entonces una parroquia de Maryvale se ha duplicado en sus esfuerzos de oración.
Lo que, es más, los 70 cantantes, conocidos como Schola Cantorum Regnum Dei (Escuela de Canto Reino de Dios), son, en general, aquellos cuya única experiencia previa como cantantes ha sido desde la banca.
Ahora, los estudiantes desde 12 a hasta los 70 y tantos años cantan con confianza en inglés, español, latín; e incluso, interpretan lo que podría haber sido el debut en los Estados Unidos de “Sotto Il Tuo Manto”, una canción escrita por el Mons. Marco Frisina, un renombrado compositor italiano de música sacra y litúrgica, así como ópera y cine.
Juan Arvizu, director del coro de San Vicente de Paúl, se apresuró a obtener los debidos permisos para usar la canción a tiempo para la Solemnidad de la Asunción. Aunque los cantantes han guiado a los fieles en la adoración durante la Misa, su concierto de debut fue el 14 de diciembre en la iglesia. Fue una actuación después de prepararse durante seis meses fuera del ensayo habitual del coro de Misa, a través de un curso gratuito de técnica de “Coral Vocal”.
Las audiencias que asisten al concierto de debut en San Vicente de Paul fueron recibidas con los sonidos de la Navidad. Escucharon las canciones favoritas de Arvizu: “A Birth Song (Una canción de nacimiento)” y “Ángeles cantando están”.
“Una canción de nacimiento” habla sobre la Virgen María cargando al bebé, y de alguna manera también esperamos que Jesús nazca en nuestros corazones”, dijo Arvizu.
También le gustan los “Hemos escuchado ángeles en lo alto”, “porque el nacimiento de Jesús dentro del corazón humano es una razón para cantar alegremente y ofrecer una ‘Gloria’ grande y enorme”, dijo.
Finalmente espera que la escuela Cantorum realice un concierto de Navidad y Pascua, las dos fechas más importantes del año litúrgico.
“Es un grupo de personas dedicadas al aprendizaje de la polifonía, el canto gregoriano y la liturgia”, subrayó Arvizu. Los miembros del coro también fueron introducidos a la Liturgia de las Horas durante un retiro.
Arvizu lanzó el curso para conducir aún más el mundo a Jesús. Estudió producción musical; fue parte de coros sinfónicos, de cámara y de jazz a lo largo de nueve años de universidad, y se especializó en música cinematográfica. Pero su pasión final radica en lo que es y lo que enseña la Iglesia Católica.
Quiere ver a los Católicos reeducados o educados por primera vez sobre los documentos de la Iglesia y los conceptos básicos del catecismo. La música es un trampolín. De alguna manera sus cantantes, especialmente los adolescentes, se están enamorando de la música clásica de la Iglesia.
“Estos adolescentes están viendo algo y le están entrando”, dijo Arvizu.
Un cantante adolescente lo puso de esta manera:
“El hecho de que hay alguien dispuesto a salir de su rutina habitual para trabajar con nosotros y dedicarnos el tiempo, y simplemente mostrarnos la riqueza de la Iglesia Católica, todo lo que tiene que ofrecer especialmente con la música que se ha perdido”, dijo Jacky Rodríguez. “La verdadera música Católica se ha perdido por falta de evangelización”. Ella aceptó la invitación de Arvizu para salir de su zona de confort y aprender más.
“La nueva evangelización se puede lograr sólo con pasión y amor”, destacó Arvizu.
Si el grupo continúa creciendo, Arvizu podría dividir a los adolescentes en una Schola Cantorum separada. Ya formó una versión para niños hace tres meses para las edades de 4 a 11 años basada en el interés. Dos docenas de ellos están inscritos con entrenamiento vocal formal para iniciar a partir de enero.
La idea de una Schola Cantorum no es extraña. Son comunes en catedrales y santuarios, pero el Concilio Vaticano II dijo que siempre que sea posible también deberían existir en iglesias menores.