Uno por uno, según se iba llamando a sus parroquias, los representantes de las parroquias a través de la Diócesis de Phoenix llevaron los grandes libros forrados de cuero por los escalones del altar en la Catedral Ss. Simón y Judas. El Obispo Thomas J. Olmsted estampó su firma en cada uno de ellos, y recibió formalmente a los individuos que figuran en la lista de los que darán el siguiente paso hacia la plena comunión con la Iglesia Católica.
El Rito de Elección se celebró con una Liturgia de la Palabra el primer domingo de Cuaresma, el 10 de marzo de este año, para los no bautizados que se preparan para el Bautismo en la Vigilia Pascual y para los otros sacramentos de iniciación: la Confirmación y la Sagrada Eucaristía.
Tercero en un proceso de cuatro pasos instituido por el Papa San Pablo VI en 1972, lanza un período final de 40 días de preparación más intensa para los catecúmenos, ahora conocidos como “los elegidos”, para recibir los sacramentos.
“Usted ha elegido libremente responder al llamado de Dios para convertirse en uno en Cristo en la Iglesia Católica”, expresó el Obispo Olmsted. “Esta es una gran bendición; una en la que nos regocijamos grandemente con usted. Pero también requiere un gran coraje y trabajo de su parte”.
El obispo comparó los próximos 40 días con el momento de la tentación de Jesús por parte del diablo antes de que el Hijo de Dios iniciara su ministerio público.
“Nuestra vida en la tierra es una guerra espiritual. El combate espiritual contra el poder del mal es una parte esencial de la vida en Cristo”, señaló.
Luego, reconociendo el testimonio de los padrinos y maestros, el Obispo Olmsted pidió a los catecúmenos ponerse de pie y expresar su deseo de entrar plenamente en la vida de la Iglesia. Tras su respuesta al unísono “Sí”, sus nombres para registrarlos.
Según Alyssa Yingling, coordinadora de la Oficina de Culto y Liturgia de la diócesis, participaron un total de 1,100 catecúmenos.
Para Jerry Eidson, de Mesa, la conversión fue intelectual. Como protestante la mayor parte de su vida, Eidson dijo que hace menos de un año, su esposa, Mary, estaba en una iglesia Católica de una amiga y describió una “hermosa experiencia en la que el Señor la llevó al pie de la cruz”.
Jerry luego quiso saber por qué la Biblia Católica incluye siete libros que otros no.
“Por cada argumento que tuve, hubo una razón bíblica por la cual la Iglesia Católica lo hace. Me asombró: ya éramos Católicos y no lo sabíamos”.
Abigail Montañez, de 20 años, desde la Parroquia San Carlos Borromeo, en Peoria, comenzó el Rito de Iniciación Cristiana para Adultos a instancias de su madre.
“Mi mamá siempre me estaba haciendo ir a la iglesia. Nunca me había bautizado, y realmente no me gustaba la iglesia, pero mi madre dijo: ‘Prueba esta [formación]’”, recordó. “Me gustaron las clases. He aprendido cuánto Dios está siempre con nosotros, a través de la enfermedad y la salud, y que siempre debemos orarle. Fue bastante increíble estar aquí”.
Christine Poz, de 18 años, desde la Parroquia Santísima Trinidad, en Phoenix, comenzó a ir a Misa apenas en el agosto pasado.
“Tuve algunas luchas en la vida. Comencé a ir a la iglesia, y eso me puso en un buen camino”, dijo.
Los patrocinadores (padrinos) vieron que el rito reforzaba su papel único y significativo.
“Qué honor, pero una gran responsabilidad”, dijo la tía de Poz, María Guadalupe-López, feligrés de la Parroquia Santiago Mayor, en Glendale. “Muchas personas leen la Biblia como un libro común, pero no es un libro común; es Dios que te habla. Debes meditar, escuchar y aprender. [Tú] te conviertes en un tabernáculo para el Espíritu Santo”.
Otro patrocinador (padrino) concurrió.
“Esto casi debería ser una actualización para todos los Católicos”, ofreció el patrocinador (padrino) de Eidson, Raymond Casillas, de la Parroquia Santa Ana, en Gilbert. “Es una forma de aprender y comprender. Profundiza el aprecio de su fe Católica”.