Una nueva comunidad religiosa en la región norte de la Diócesis de Phoenix ha tenido un fuerte impacto desde que llegó hace el fin de 2018.
En diciembre pasado, la Parroquia Inmaculada Concepción, en Cottonwood, y la Parroquia San Juan Vianney, en Sedona, dieron la bienvenida a las Misioneras Eucarísticas Franciscanas de Los Ángeles. Su nombramiento era muy esperado y trajo de regreso a las religiosas al Decanato Norte.
Misioneras Franciscanas Eucarísticas de Los Ángeles
Fundación: 1970
Fundadora: Madre María Gemma de Jesús Aranda
Carisma: Amor por el Señor presente en el Santísimo Sacramento, para convertirse en verdaderos testigos de su amor, especialmente con los menos afortunados
Apostolados: Adoración, educación religiosa, catequesis litúrgica, obra social, Nueva Evangelización y Ministerio Hispano
Servicio en la diócesis:
Parroquia de la Inmaculada Concepción en Cottonwood
Las tres hermanas, quienes hablan español, ayudan con la educación religiosa para los jóvenes, el Rito de Iniciación Cristiana de Adultos, los estudios bíblicos y, más especialmente, en la oración durante la Adoración Eucarística.
Su llegada al Decanato Norte fue providencial tanto para la Diócesis de Phoenix como para las hermanas. El verano del año pasado, cuando la comunidad estaba cerrando su convento en Tyler, Texas, después de 19 años, la superiora general, Sor Angélica de la Eucaristía, decidió contactar al Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares, quien fue sacerdote en esa diócesis antes de venir a Phoenix, para ver si había necesidad en su comunidad.
“Fue muy acogedor y nos invitó a venir”, dijo la Hna. Bernadette de la Santa Faz, jefa de la casa de las hermanas en Clarkdale.
La comunidad se originó en España y luego estableció una casa en México en 1934 bajo la dirección de la Madre María Gemma de Jesús Aranda. Debido a la persecución religiosa, establecieron otra casa en Los Ángeles y finalmente se erigieron en su propia comunidad en 1970.
Las Misioneras Eucarísticas Franciscanas de Los Ángeles tienen casi el mismo tiempo de establecidas que la Diócesis de Phoenix. Celebrarán 50 años como comunidad propia en 2020, y la Hna. Bernadette dijo que están felices de comenzar la próxima parte de su ministerio en la Diócesis de Phoenix.
El P. David Kelash, párroco Inmaculada Concepción, y el P. Kieran Kleczewski, párroco de San Juan Vianney, les dijeron la bienvenida; incluso, dijo el P. Kelash que cambió las direcciones para asegurarse de que el trío de hermanas tuviera el espacio adecuado.
“Se mudó y nosotros nos mudamos”, dijo la Hna. Bernadette, pero no antes de que los fieles de ambas parroquias lo transformaran de una rectoría a un convento. Para construir una capilla cerraron el porche, instalando paredes y ventanas.
“Estamos muy agradecidos por todo lo que hicieron”, dijo la Hna. Bernadette. “Trabajaron muy duro”.
En enero, el Obispo Thomas J. Olmsted bendijo el convento de Clarkdale, que se encuentra a unos 15 minutos de la Inmaculada Concepción y a unos 20 minutos de San Juan Vianney.
El P. Kelash, quien también es el decano del Decanato Norte, destacó que las hermanas están “haciendo grandes cosas”, y tenerlas en la iglesia hizo que mudarse de su residencia valga la pena para él.
“Es tan maravilloso tenerlas. “Tener su presencia aquí hace una gran diferencia, especialmente con la comunidad de habla hispana”, afirmó el P. Kelash.
El P. Kleczewski dijo que su parroquia generalmente registra alrededor de 15 jóvenes en sus clases de educación religiosa. Desde que la Hna. María Magdalena Santoyo llegó en diciembre, ahora hay 47 estudiantes matriculados. Dijo que aproximadamente el 95 por ciento de sus estudiantes son hispanos, y la hermana de habla hispana fue aceptada de inmediato en la comunidad parroquial.
“Estamos más que encantados de tenerlos”, dijo el P. Kleczewski. “Son muy buenas en lo que hacen, son grandes catequistas”.
La Hna. Bernadette dijo que espera que su comunidad atraiga a otras mujeres y crezca. Ella se unió a la comunidad en 1991 en el norte de California.
“Allí fue donde conocí a algunas de las hermanas de la orden y fue así como pude conocer a la comunidad”, detalló.
A medida que pasaba más tiempo con las hermanas y frente a la Eucaristía, sabía que Dios la estaba llamando a unirse a ellas . Las mujeres que disciernen con la comunidad son postulantes por un año, luego pasan dos años como novicias antes de seis años de votos temporales.
“Es todo un viaje antes de hacer los votos finales”, dijo la Hna. Bernadette.
Con su espíritu misionero y su devoción a la Eucaristía, dijo que su sueño es que algún día tengan suficientes hermanas para tener la Adoración de 24 horas en su capilla, una bendición que no solo beneficiaría a su comunidad, sino a toda la diócesis.