Parte de las calles del centro de Phoenix con gran devoción se colmaron de fervorosos fieles Católicos quienes se reunieron para honrar a su madre, la Santísima Virgen de Guadalupe, al conmemorarse 488 años de sus milagrosas apariciones a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac.
Fue una manifestación pública de fe el 7 de diciembre, en la que miles de personas de todas las edades y procedentes distintos puntos y parroquias a través de la Diócesis de Phoenix, se congregaron para rendir pleitesía a la madre de Dios. Además expresaron su gran jubileo al celebrar también el 50º aniversario del establecimiento de la diócesis y también al 50º aniversario del sacerdocio del Papa Francisco.
Como en años anteriores fueron las comparsas de chinelos, así como los grupos de danzas, matachines y tlacololeros los que dieron colorido y vigorosidad a este gran evento anual en su 14º edición; algunos de ellos independientes, pero la mayoría representando a las diferentes parroquias de la diócesis.
Todo comenzó en la Parroquia Inmaculado Corazón de María; tras recibir la bendición del P. Fabio Schilereff, IVE, párroco, los danzantes comenzaron a ofrecer sus bailes y cánticos a la Reina de México y Emperatriz de América, y que es, además, la patrona principal de la Diócesis de Phoenix.
“Nosotros no vinimos aquí a ofrecer un espectáculo ni un show visual. No. Vinimos a honrar a nuestra madre, a bailar para ella, a darle gracias por su intercesión y a expresarle nuestra fidelidad a ella y a su Hijo”, dijo a El Sol Católico Jesús M. Garibay, cuya danza “El Manto de la Virgen” fue la primera en presentar sus bailes.
A partir de entonces todo fue bailes, rezos, cánticos y danzas en honor a la Virgen Morena, al son de tambores y flautas; fue de maravillarse ver danzar a niños tan pequeños como de 2 años, junto a jóvenes, adultos y hasta personas mayores como de 70 años.
Vino enseguida la magna procesión por la Calle Washington, luego la Calle Tercera y después por la Calle Monroe en medio del Centro Convenciones de Phoenix y la Plaza del Centro Pastoral Diocesano, cerca de la Basílica de Santa María. Allí, miles de fervorosos fieles fueron recibidos por el Obispo Thomas J. Olmsted y el Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares, quienes les dieron sus bendiciones paternales.
El treceavo evento Honra Tu Madre organizado por la Oficina de Ministerios Étnicos de las diócesis y Ministerios de María, culminó con la Santa Misa, que tuvo una gran solemnidad.
En su homilía, el Obispo Nevares saludó a su hermano obispo, a los sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas y devotos fieles.
Evocando las apariciones guadalupanas ocurridas en 1531, se refirió de manera especial a las dulces palabras de la madre Celestial al indito “Juan Dieguito”, que eran un mensaje o lo siguen siendo para todos nosotros.
“Como a Juan Dieguito, la Virgen de Guadalupe nos quiere a nosotros, quiere que nosotros sigamos llevando su mensaje”, enfatizó el obispo, al subrayar que todos tenemos la responsabilidad de evangelizar con nuestras palabras y nuestro ejemplo.
A todos los que asistieron este año al evento Honra Tu Madre les dio las gracias, sobre todo a los encargados de organizar y a los coordinadores de las danzas, reconociendo su trabajo y sacrificios durante todos los meses de preparación; dijo que son un gran ejemplo para los niños y los jóvenes.
“Para estos niños y jóvenes ustedes son ejemplo de fe, entrega y devoción a la Virgen María”, les manifestó.