CIUDAD VATICANO (CNS) — Los agentes sanitarios siempre deben presentar “la dignidad
y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al
suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la enfermedad
sea irreversible”, dijo el Papa Francisco.
“La vida es sagrada y
pertenece a Dios”, dijo el Papa, “por lo tanto, es inviolable y no se puede
disponer de ella”.
Misa para la Jornada Mundial del Enfermo
1 p.m., el sábado, el 8 de febrero
La Catedral SS. Simón y Judas, 6351 Avenida 27a Norte, Phoenix
Patrocinado por la Orden de Malta. Una feria celebrando Nuestra Señora de Lourdes seguirá.
El Papa Francisco dirigió a agentes sanitarios en su mensaje anual para la
Jornada Mundial del Enfermo, que será celebrado el 11 de febrero, la fiesta de
Nuestra Señora de Lourdes. El texto de su mensaje fue publicado por el Vaticano
el 3 de enero.
A los pueblos sufriendo en el cuerpo y en el espíritu, el Papa ofrece
palabras de esperanza y ánimo, asegurándolos de la cercanía de Jesucristo y a
Su promesa que aliviará sus pesos.
“Jesucristo, a quien siente angustia por su propia situación de fragilidad,
dolor y debilidad, no impone leyes, sino que ofrece su misericordia, es decir,
su persona salvadora”, dijo el Papa.
Jesucristo “mira la humanidad herida”, dijo. “Tiene ojos que ven, que se
dan cuenta, porque miran profundamente, no corren indiferentes, sino que se
detienen y abrazan a todo el hombre, a cada hombre en su condición de salud,
sin descartar a nadie, e invita a cada uno a entrar en su vida para
experimentar la ternura”.
En Jesús, dijo el Papa, los enfermos
“encontraréis la fuerza para afrontar las inquietudes y las preguntas que
surgen en vosotros, en esta ‘noche’ del cuerpo y del espíritu”.
Y, dijo, And, dentro la Iglesia, deben encontrar el bienvenido, preocupaciones
y el cuidado gentil, una “casa en la que podéis encontrar su gracia, que se
expresa en la familiaridad, en la acogida y en el consuelo”.
En una sección del mensaje direccionado
a los médicos, enfermeros y a otros agentes sanitarios, el Papa Francisco les urgió
que “cada intervención de diagnóstico, preventiva, terapéutica, de
investigación, cada tratamiento o rehabilitación se dirige a la persona
enferma, donde el sustantivo “persona” siempre está antes del adjetivo “enferma’”.
Los agentes sanitarios Católicos “actúan con competencia haciendo sentir la
presencia de Cristo, que ofrece consuelo y se hace cargo de la persona enferma
curando sus heridas”.
“La vida debe ser acogida,
tutelada, respetada y servida desde que surge hasta que termina: lo requieren
simultáneamente tanto la razón como la fe en Dios, autor de la vida”, dijo el Papa
Francisco.
A veces, dijo a los agentes sanitarios Católicos, “la objeción de conciencia es para vosotros una elección necesaria para ser coherentes con este ‘sí’ a la vida y a la persona”.
Como todos Cristianos, dijo, deben salvaguardar el “verdadero derecho
humano, el derecho a la vida”.
Y, les dijo el Papa, “aunque a veces no podáis curar al enfermo, sí que
podéis siempre cuidar de él con gestos y procedimientos que le den alivio y
consuelo”.
El Papa Francisco también urgió a todos los gobiernos del mundo que hagan más
para aseguran que todos sus ciudadanos, especialmente los pobres, tienen acceso
a los cuidados adecuados, y dio la gracia a “los voluntarios que se ponen al
servicio de los enfermos, que suplen en muchos casos carencias estructurales y
reflejan, con gestos de ternura y de cercanía, la imagen de Cristo Buen
Samaritano”.