La participación en el Censo de los Estados Unidos (US Census) no solo es constitucional, sino bíblica. San Lucas toma nota de esto al describir el nacimiento de Jesús. “Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio”, escribe el evangelista (2:1). En el relato, José lleva a una embarazada María de Nazaret, donde vivía, a Belén, la ciudad de su linaje.
El Censo de los Estados Unidos se realiza cada 10 años de acuerdo al Artículo I, Sección 2 de la Constitución del país. El documento fundacional exige que la distribución y representación fiscal en la Cámara de Representantes y el Colegio Electoral se basen en datos del Censo. Esos datos determinan cómo se trazan las líneas no solo para los distritos del Congreso, sino también para los de Arizona; al igual que los distritos legislativos, hospitalarios (de salud) y escolares del estado.
Jannah Scott, especialista asociada senior del Centro Regional del Censo en Dallas, que comprende Arizona, dijo que con el crecimiento de nuestro estado, se espera que éste obtenga un escaño extra en el Congreso.
El Censo de los Estados Unidos está destinado a contar a todos, independientemente de su ciudadanía o situación migratoria. Si bien Scott reconoció las dudas entre algunas comunidades de inmigrantes, enfatizó que todos los datos recopilados siguen siendo confidenciales y están protegidos por la ley. Los datos no se hacen públicos hasta después de 72 años, cuando se envían a los archivos nacionales, enfatizó.
“La confidencialidad de los datos del censo está protegida por ley. Todos los que trabajan para el censo hacen un juramento de no compartir esa información con nadie, de por vida”, aseguró Scott. “Los datos del censo no se pueden compartir con las agencias de aplicación de la ley, con los dueños de propiedades de renta, ni con ningún tipo de organización, excepto como estadística”.
El gobierno federal también utiliza los datos del censo al determinar cómo asignar fondos en función de las necesidades como carreteras, atención médica, seguridad pública, educación y servicios para los pobres, señaló Scott. Con un conteo preciso, la Iglesia local puede llevar a cabo sus obras de misericordia de manera más efectiva a través de agencias como Servicios Comunitarios de Caridades Católicas.
“Los créditos fiscales del IRS se otorgan en base a los datos del censo. Hay una gran cantidad de fondos federales aprobados para los estados y se asignan a los estados según los datos del censo”, explicó Paul Mulligan, presidente y director ejecutivo de Servicios Sociales de Caridades Católicas. “En Phoenix, la falta de vivienda ha crecido un 25 por ciento anual durante los últimos cinco años.
Además de los datos utilizados por el gobierno, la Iglesia local también puede utilizar los datos del censo para planificación. Un ejemplo es la construcción y apertura de la Escuela Preparatoria St. John Paul II, en Avondale, la primera escuela preparatoria Católica en el lejano Oeste del Valle.
“Los datos no lo son todo, sin embargo, nos dan una idea de a quién estamos sirviendo”, recalcó Chavira. “Tenemos que estar centrados en Cristo, guiados por el Espíritu e informados”.
Chavira también representa a la diócesis en el subcomité interreligioso del Censo del estado.
A nivel nacional, el fin de semana del 27 al 29 de marzo ha sido designado como “Fin de semana de acción del censo de comunidades de fe”.