Desde la suspensión de las Misas públicas en toda la Diócesis de Phoenix, la Iglesia tiene más seguidores “adoradores” ahora más que nunca. Con fieles imposibilitados de recibir la Sagrada Comunión, dos sacerdotes llevaron a Jesús en el Santísimo Sacramento a sus hogares.
El P. Billy Kosco y el P. Ryan Lee llevaron al Señor en Presencia Eucarística a través de tres vecindarios, aproximadamente una milla cada uno, pertenecientes a la Parroquia San Enrique, en Buckeye, el 22 de marzo a través de una pequeña procesión. Los sacerdotes sabían que las familias Católicas vivían allí y les avisaron aproximadamente la hora en que pasarían.
“Difunden la Palabra a través de la vid y señalan las casas de otros feligreses que nos esperan”, dijo el P. Kosco. “Algunas personas no sabían que íbamos a ir, pero salieron de sus hogares cuando escucharon las campanas o nuestro canto”, agregó.
Cuando los residentes hicieron la señal de la cruz o se arrodillaron, los sacerdotes se detuvieron frente a su casa y les dieron una bendición.
A la casa de una feligrés enferma de cáncer, el P. Kosco llevó el Santísimo en la custodia a la puerta exterior metálica transparente (“puerta de pantalla”) y le dio la bendición a la esposa enferma, y al esposo que no se sentía bien. Más tarde él expresó mediante texto: “Gracias por traerme a Jesús. Me levantó el ánimo”. El esposo murió inesperadamente a la mañana siguiente, dijo el sacerdote.
El P. Kosco sabe que hay un amor Eucarístico inmerso en la cultura latina, y se sentía muy impresionado con lo que significaba la procesión para las personas. Fue “muy conmovedor y gratificante mi papel en sus vidas y de su deseo de estar cerca de Jesús”, dijo.
El concepto no es completamente extraño. Varias parroquias celebran una procesión del Corpus Christi durante esa fiesta cada mayo o junio, es una fiesta móvil. Los fieles hacen una procesión detrás de la custodia rezando y cantando, y se detienen en varios puntos designados, donde el Señor es adorado brevemente en altares improvisados. Sin embargo, esta vez no hubo altares, solamente adoradores.
“Muchas personas salieron de sus hogares, dejaron de hacer lo que estaban haciendo y algunos comenzaron a seguirnos y cantar espontáneamente ‘Bendito, Bendito’”. Fue increíble. La Iglesia en Buckeye es fuerte”, publicó el P. Kosco en el sitio web de la parroquia.
Fue una publicación de Facebook destacando imágenes del evento que obtuvo 384 “me gusta”, 60 comentarios elogiando el esfuerzo y 104 compartidos. La Diócesis de Phoenix compartió las mismas imágenes y obtuvo otras 651 reacciones.
Dos parroquias evitaron los dilemas de distanciamiento social con su enfoque de Adoración. Santa Ana, en Gilbert, lanzó una transmisión en vivo de la Adoración Eucarística por stanneaz.org/adoration.
En la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Scottsdale, la primera parroquia diocesana en ofrecer Adoración perpetua — 33 años y continúa — redujo temporalmente la Adoración de 6 a.m. a 6 p.m. diariamente. Los adoradores comprometidos todavía están realizando sesiones, y hubo algunas ausencias más de lo normal los primeros días después de la suspensión de las Misas públicas.
“Esperamos poder mantenerla abierta porque sin la Eucaristía, al menos todavía podemos tener Adoración”, dijo Cathy Giedraitis, coordinadora de Adoración en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Ella misma compara la Adoración con el mantenimiento de una relación vital. “Pasas tiempo con alguien que amas”, dijo.