por Hna. Anthony Mary Diago, RSM
Directora de la Oficina de la Vida Consagrada
Catholic Cemeteries & Funeral Homes, Diócesis de Phoenix
La cultura popular de hoy a menudo nos enseña que debemos ponernos a nosotros mismos primero que todo. Como Católicos, la Cuaresma es un regalo que nos ofrece un tiempo para hacer nuestros deseos y necesidades a un lado y enfocarnos en acercarnos más al Señor. Durante estos 40 días de introspección, contrición y sacrificio, podemos crecer más firmemente en nuestra fe. Imitando la vida de Cristo, crecemos en la virtud.
El Axuno
Una manera en que podemos hacer esto es ayunando. Los Católicos practicantes se abstienen de comer carne los viernes durante la Cuaresma. Otra forma de hacer un sacrificio simbólico es el ayuno. Aunque no es exigido por la doctrina de la Iglesia (excepto el Viernes Santo), reduciendo nuestros alimentos durante la Cuaresma nos ayuda a avanzar hacia la purificación mediante la abnegación. Este acto refleja los sacrificios hechos por Jesús sufriendo y muriendo por nosotros. Por Su Resurrección, Él triunfó sobre el mal. Para nosotros ayunar puede ser un maravilloso camino para combatir el mal que está presente en nuestra vida.
Dar Limosna
Dar limosna también puede acercarnos más a Dios durante la Cuaresma. Siendo caritativos con otros nos ayuda a mirar más allá de nosotros, ofreciendo nuestros recursos económicos, nuestro tiempo y nuestros talentos. Ayudando a los necesitados, actuamos de buena fe y damos libremente nuestro amor, como hace el Señor con nosotros.
La Oración
Quizás mucho más importante, la Cuaresma es tiempo para enfocarnos en la oración. Aunque la oración es importante durante todo el año, la Cuaresma nos da la oportunidad de dedicar más tiempo para orar de lo que normalmente lo hacemos. Asistiendo a los Viacrucis, que se realizan en los tres localizaciones de Catholic Cemeteries & Funeral Homes, al igual que en las parroquias, podemos contemplar la Pasión de Cristo. Este íntimo tiempo de oración puede ayudarnos a experimentar este aspecto de la vida de Cristo, y tener una grandiosa apreciación de su completo amor por todos nosotros, el cual está demostrado en los sufrimientos que tuvo que soportar para que pudiéramos tener vida.
Como Católicos usemos estos 40 días de la Cuaresma como tiempo de recogimiento, durante el cual podemos profundizar en nuestra fe y espiritualidad. De esta manera nos preparamos para vivir plenamente la Semana Santa y al final celebrar la alegría de la Pascua.
Dios los bendiga a ustedes y a sus seres queridos en esta sagrada temporada.